Como este tema, gracias a Dios, ha concitado la atención de alguna gente, voy a referir los últimos acontecimientos que en este respecto se han suscitado.
El viernes 24 de julio recibimos una llamada del Sr. Rhadamés García, supervisor general de la empresa propietaria de Productos del Trópico, la cual aludiré ya de manera directa. Resumiendo, nos expresó que su empresa está preocupada por la situación que se ha ido generando en torno las emisiones de la factoría, tanto a la atmósfera como en nuestro río. Confirmó que están conscientes del daño que causan las mismas y que están comprometidos a poner remedios. Nos invitó a una reunión en la fábrica, con el administrador, un ingeniero y él mismo. Acordamos que el martes 28, a las 4:00 p.m. estaríamos ahí, acompañado por el Sr. Villar, dirigente comunitario y un grupo mujeres y hombres del barrio Concentración, Madre Vieja norte, ubicado en las inmediaciones de la industria.
Fuimos recibidos muy amablemente por los ejecutivos de la empresa. Pasamos a la sala de reuniones donde todos pudimos expresarnos de manera abierta respecto a la situación que nos ocupa. De igual manera, tanto el Sr. García como el Sr. Varela, hicieron un recuento de lo que hasta entonces se había hecho para solucionar el problema, que obviamente no ha sido suficiente. Abordamos primero el problema del vertido de aguas de desecho sin tratar directamente al río Nigua ya que, por razones que se expondrán más adelante, es el foco de contaminación más grave.
En este sentido nos explicaron que han estado haciendo estudios y tomando muestras de las aguas de desecho, tanto antes de ser vertidas, como luego de integradas a la corriente fluvial, para desarrollar una solución. El resulado ha sido una propuesta de planta de tratamiento diseñada por una empresa especializada en estos asuntos. El ingeniero Disla, representante de dicha empresa, presentó los planos y un folleto con los detalles técnicos. Igualmente un cronograma que anticipa los períodos de tiempo requeridos para completar las diversas etapas de la obra.
La primera etapa, que es la de diseño y construcción de los equipos por una empresa en los Estados Unidos, toma alrededor de 3 meses. Luego vienen las obras civiles in situ. Con el cronograma a la vista, acordamos una reunión de seguimiento para el 3 de noviembre, a las 4:00 pm con el propósito de constatar los avances del proyecto. A partir de mañana dispondremos de una copia del folleto técnico, a la cual tendrá acceso todo el que le interese, al igual que el cronograma de construcción. Tanto los planos como el cronograma serán remitidos a la Secretaría de Medioambiente por la empresa.
Con respecto a las emisiones de la chimenea, nos explicaron que las mismas son el resultado de la combustión de jícara de coco, con la cual alimentan la caldera. Dicen que la alimentación de la misma es manual, por lo que hay ocasiones en que la sobrecargan (por ejemplo luego del receso para almorzar los obreros), lo cual ocasiona que se produzca una combustión incompleta, siendo ésta la razón por la cual el humo es negro y espeso en determinadas horas del día. Al ser una combustión de materia orgánica, no hay presentes químicos tóxicos, sin que esto quiera decir que no constituye un problema mediambiental. A pesar de que no se llegó a ningún acuerdo específico en este sentido, sí se comprometieron a considerar decantadores de hollín, alimentación mecánica de la caldera y elevar más la chimenea con el fin de mitigar los efectos. A esto hay que dar seguimiento en el futuro.
Éste es un asunto que atañe de manera directa a todos los habitantes de San Cristóbal, por lo que debemos hacerlo nuestro. No está resuelto todavía, pero parece que si todos participamos, tomamos y ayudamos a tomar consciencia, denunciamos, exigimos, podremos gradualmente ir buscando soluciones, forjar un futuro mejor para nuestro municipio. Si no ejercemos presión efectiva sobre las autoridades implicadas, nos vamos muriendo. En el tema específico del medioambiente, hemos visto cómo, lejos de pugnar por resolver el problema, nuestro ayuntamiento otorga autorizaciones que violan sus propias disposiciones y leyes que buscan proteger el mediambiente y la salud de la comunidad.
En lo adelante tendremos la oportunidad, Dios mediante, de seguir abordando este tópico. Es posible que analicemos, a partir de la manera en que hacen campaña, cuál es el nivel de consciencia, compromiso y respeto por la población de los candidatos aspirantes a cargos en las elecciones venideras.
Hasta pronto,
Luciano Frías.-